De la vendimia dios, Baco,
Aquí tienes un discípulo.
Entre en mí el licor a saco,
Salga al fin de este versículo.
Puesto que rima en testículo
Y mi gran picha está enhiesta:
¡Que dé comienzo la fiesta!
Dime amiga en dónde escondes
Esa agraciada botella;
Es de Albarei de los Condes,
Procura no hacerle mella.
Mi polla en tus labios sella
La eternidad del instante:
¡Dirás que no tengo aguante!
Sustituto de la sangre,
Vino viaja por mis venas;
Si dejas que lo derrame,
Aliviaré en ti mis penas.
Porque corta tus cadenas
Y deja suelta mi verga:
¡Que nunca a cabe la juerga!
Bebamos con vinolencia.
Que no halle copa vacía.
Es la madre de la ciencia
La culta dipsomanía.
En el fragor de la orgía,
Diplopía de alto grado:
¡Veo un doble beo alado!
¿Qué quereis viles gusanos?
¿Qué la vid que sed apaga
Cortemos con nuestras manos
Porque Europa es la que paga?
Mientras te quito la braga,
Grito rasgando mis ropas:
¡Que se jodan las europas!
El Martín Códax me inspira,
Me hace decir cosas tales,
Que Wojtyla ya conspira
“para curarme mis males”.
No estás, cura, en tus cabales:
¡Sería alegría extrema
Que dictases mi anatema!
De Dionisos en memoria
Compuse este panegírico.
Que se quede él con la gloria;
Quedes tú con un mal vírico.
A punto del coma etílico,
Que son horas bien comprendo
De poner fin a este engendro.
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