No sólo tu silencio me hace daño esta tarde
anuda mi garganta
una melancolía
de muerte de descenso al abismo asombrado
No hay luz porque te has ido y no hay sangre en mis venas
sólo me quedan lágrimas
lágrimas ensartadas
ensartadas y yertas sobre sombras ridículas
Acaso las estatuas vierten lágrimas negras?
a ras del suelo pasas
a ras del suelo dejas
negritud y silencio y distancia y olvido
Florecerá el hastío sobre mi cráneo extinto
Brotarán las raíces sobre tu calavera
por culpa de otro dios
degenerado y vacuo
Y lo que más me duele
lo que a mí me envenena
no es el no tenerte
es que ya no me tengas