Yo me llevé la vida por delante,
inscrita en el rumor azul de un cuento.
Fui el hacedor de mi destino errante.
Galopé a rienda suelta contra el viento.
No serviré jamás de ejemplo andante
al corazón que escapa del lamento.
Mi fuero interno es terco y arrogante
y el más fiero dolor es mi alimento.
Del mundo he aprendido cuatro cosas,
a saber: que el amor es sempiterno;
sin espinas, las rosas no son rosas;
que no hay felicidad sin desgobierno
y en todo vientre danzan mariposas.
Esto os puedo enseñar. Este es mi infierno.