Porque frotaste tus patas de mosca
poco antes de envidiar el clavicémbalo
que asesinó sin toscos miramientos
los oídos de cuatrocientos dioses
Y de no ser así como lo cuento
a las aladas hadas desalmadas
les saldrá un desatino asalariado
en medio de las trompas de falopio
Tres millones de muertos no son nada
comparados con la triste derrota
de una vida fraguada en salfumán
y endulzada con estiércol y berzas
Pero es hora de morir como cerdos
en el matadero art decó del mar
de inocentes que escupen al consorcio
de los grandes bastardos del planeta
Y cuando me deje crecer el rabo
haré una orgía de heces y de sangre
destinada a salvaguardar la honra
de las penas los panes y los penes
Y con mi genio atrabiliario afirmo
no sin descojonarme de alborozo
que desandando se abre otro camino
y jodiendo también es un gerundio
Para jugar al gua con las estrellas
y acariciar la arena sin aurora
vituperé a los ángeles centrípetos
y divulgué el secreto de la luna
Cuando cierre el averno sideral
y el sol se vierta en el aceite hirviendo
fabricaré una estufa con tu clítoris
y a lo mejor un nuevo clavicémbalo
martes, 31 de agosto de 2010
lunes, 30 de agosto de 2010
Tercetos desencadenados
De los malos recuerdos trepadores
por las ansias de ser menos que nada
guardo un luto aletargado en el tiempo
Porque no puedo asir mares en calma
ni extirpar de mi vida la ingrata soledad
me involucro en feraces simulacros
La vida me empujó a la mala vida
la muerte no me quiere ni en pintura
y el deseo feroz me ha esclavizado
No sé por qué respiro y siento náuseas
de un mundo zombificado y abúlico
que me empuja a execrar a cualquier dios
Cuando llegue el gorrión ensangrentado
me encontrará sentado en el zaguán
cagándome en la aurora boreal
por las ansias de ser menos que nada
guardo un luto aletargado en el tiempo
Porque no puedo asir mares en calma
ni extirpar de mi vida la ingrata soledad
me involucro en feraces simulacros
La vida me empujó a la mala vida
la muerte no me quiere ni en pintura
y el deseo feroz me ha esclavizado
No sé por qué respiro y siento náuseas
de un mundo zombificado y abúlico
que me empuja a execrar a cualquier dios
Cuando llegue el gorrión ensangrentado
me encontrará sentado en el zaguán
cagándome en la aurora boreal
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